A las tradicionales fiestas, Diario UNO siempre debe agregarle una muy especial, en la que sus invitados son lo más importante: la producción de los  Mendocinos del Año.
A lo largo del 2016, nuestras páginas reflejaron cómo niños, mujeres  y hombres instalaron el nombre de la provincia en lo más alto de los rubros en los que cada uno de ellos brilló. 
El deporte, los negocios, la política,  la vitivinicultura, la solidaridad, los ejemplos de superación personal, las artes, fueron los distintos caminos a través de los cuales los nombres de estos seleccionados accedieron por peso propio a un lugar de relevancia. 
En esta ocasión, el número de convocados superó ampliamente a anteriores ediciones, lo que habla de una Mendoza que está muy bien representada. También, por qué no decirlo, referencia el trabajo periodístico de UNO en su afán de ser 
una suerte de amplia vidriera que les permita a los lectores conocer a los que levantan la vara de la provincia. 
Quienes hoy ocupan el merecido espacio de los destacados no viven en un país aparte. Como a todos, les impactaron los vaivenes de la economía, los chispazos sectoriales, la falta de políticas de Estado y hasta las tan amadas y como demonizadas redes sociales. 
Sin embargo, no cayeron en la tentación de apostar a la queja y culpar a los demás. Su mayor ejemplo es el haber alcanzado sus objetivos pese a los inevitables palos en la rueda.
En esa lucha, donde además de 
talento y capacidad hubo voluntad, confianza en sí mismos y claridad 
de objetivos, está el principal capital para que Mendoza transite una senda de crecimiento sostenido. 
Acompañarlos es parte de nuestro compromiso diario. 
Para ellos, el brindis y las gracias.

(Diario UNO, Los Mendocinos del Año, 24 de diciembre de 2016)

El archivo