Cada nieto recuperado es, además de una noticia conmocionante para sus familiares, una herida más que empieza a cicatrizar en el cuerpo social de la Argentina.
El caso revelado este lunes tocó de cerca a los mendocinos por tratarse de la nieta de María Domínguez, la actual presidenta de Madres de Plaza de Mayo en la provincia.
Tanto su hallazgo, como los 116 anteriores, son un renovado ejercicio de la memoria en un país que aún hoy le cuesta saldar cuentas con su pasado político.
Los padres de esta mujer de 37 años, Gladys Castro y Walter Domínguez, fueron secuestrados el 9 de diciembre de 1977. Cuando fueron “chupados” por el gobierno militar de entonces, ambos militaban en el Partido Comunista y ella estaba embarazada de seis meses.
Desde entonces, sus familias no dejaron ni por un día de hacer gestiones y buscarlos d
esesperadamente por todas partes.
Cuando el lunes se confirmaba la noticia de que efectivamente se trataba de la hija de Gladys y Walter, tantos años de dolor, ausencia y expectativas, se resumieron en una alegría profunda y la sensación intransferible de que algo parecido a la justicia los tenía ahora como protagonistas.
A sus 83 años, la histórica referente de los derechos humanos, decía acerca de su nieta, a quien todavía no ha podido abrazar: “Aún no lo conocemos. Estamos ansiosos, esperando verla cuando ella decida vernos a nosotros”. 
Fueron tantos años de imaginarla y soñarla, que ahora María no quiere forzar ese momento tan deseado.
La recuperación de los nietos desaparecidos ha sido y es una ardua tarea que no carece de búsquedas infructuosas, pistas erróneas o datos fallidos.
Por eso, cada caso en que se confirma la filiación es noticia de tapa en todos los medios. 
A la vez que su divulgación a escala evita que el olvido se instale arbitrariamente e impida conocer la historia de nuestra Historia como corresponde: con sus luces y sus sombras.
El próximo capítulo, aquel en que habremos de conocer a la hija de Gladys y Walter, y a la nieta de María, vendrá a cerrar parte de un círculo familiar, pero también el de un pasado doloroso de la Argentina que ojalá nunca se repita. 

(Diario UNO, 2 de setiembre de 2015)

El archivo