EI notable eco que obtuvo un video que el periodista de El Siete, Marcelo Ortiz, colgó en su muro de Facebook, ayuda a repensar qué hacemos cada uno de los ciudadanos en circunstancias similares.
En esas imágenes se observa cómo dos mujeres desaprensivas bajan de una camioneta para descargar –a gran velocidad– basura detrás de un barrio de Guaymallén.
La reacción no se hizo esperar, y al cabo de unos días la publicación había sumado 1.300.000 visualizaciones y se había compartido más de 50.000 veces. 
Hubo opiniones, en realidad duras críticas e insultos, no sólo locales. Hasta de Costa Rica y Bolivia expresaron su enojo. La natural indignación la genera la impunidad con que arrojaban en pleno día residuos y trastos a la vera de un cauce.
Al lugar llegaron en una lujosa camioneta 4x4, por lo que se infiere que podrían haber contratado un contenedor o arrojar la mugre en un espacio destinado a tal fin.   
Las cámaras de seguridad del barrio lindante las captó in fraganti y las redes sociales, a partir de la publicación del periodista y luego a través de la pantalla de Noticiero 7, hicieron el resto: poner en evidencia a la infractoras. 
El objetivo no era una caza de brujas sino el que fueran identificadas. 
Diario UNO ha realizado numerosas notas en distintas comunas y puede dar fe de lo complicado que es revertir estos malos hábitos.
Los municipios limpian, muchas veces por pedido de los propios vecinos, y al cabo de unas horas nuevamente reaparecen los escombros, la basura y los elementos más insólitos que se pueda imaginar.
Por un lado, se les reclama mayor limpieza a las comunas y por otro los indolentes mugrientos seriales van ensuciando detrás.
Al igual que en tantas materias pendientes que tenemos como sociedad, también en esta hay un gran componente de falta de educación o de recaer en una errónea interpretación de los límites que deberíamos tener como ciudadanos.
Esto no justifica que haya municipios que no realizan una profunda tarea de limpieza, pero al menos deja en claro que visibilizar el problema como lo hizo un simple video contribuye a que haya un poco menos de impunes contaminándonos la vida. 
Con la sanción social o una multa no muy alta no basta. Un castigo ejemplificador sería que quien ensucia limpie el doble. Un trabajo comunitario serviría al menos para indemnizar simbólicamente a los vecinos damnificados.

(Diario UNO, domingo 4 de diciembre de 2016)

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