Comenzó la cuenta regresiva para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 19 de abril, lo que significa que los mendocinos viviremos durante unos cuantos días un particular microclima político.
En el contexto de un año electoral, resultará un tanto difícil permanecer ajenos a la intensa actividad de campaña a la que se someterán -y nos someterán- numerosos precandidatos en la provincia.
A decir verdad, son muchos los mendocinos que desconocen de qué se trata esto de las PASO. 
Aún no las ven como ese necesario filtro que ha de servir para que cada partido arribe a las elecciones generales con sus mejores candidatos.
Hacia adentro de los agrupaciones en pugna, sin duda representan un fuerte desgaste de energías y de fondos, pero también permiten el reacomodamiento de fuerzas para la contienda mayor.
En las próximas semanas, no se asombre el lector de recibir la visita personalizada a su hogar de más de un  precandidato. 
Una constante en esta campaña será, según avisan sus principales ideólogos, el caminar las calles.
En otras palabras, que el electorado perciba que los políticos no están aislados en el Olimpo pergeñando un futuro que excluye a los simples mortales.
Es claramente un mensaje positivo que estén dispuestos a dar la cara y a escuchar los principales reclamos de la ciudadanía. 
Gran parte del descrédito que padece hoy la clase política es resultado de ese alejamiento progresivo que se acentúa peligrosamente entre una y otra elección.
Por eso se impone volver al llano para recomponer los lazos que por desidia, torpeza o directamente malicia se rompieron entre políticos y electores.
A no dudarlo, entre las principales demandas que recibirán “en vivo y en directo” los precandidatos en campaña estará por lejos la seguridad.
Conscientes del peso de este planteo generalizado, las propuestas de la mayoría harán hincapié en la lucha contra el delito.
Pero algo debe advertírseles a todos los aspirantes: es de tal sensibilidad este tema que ya nadie está dispuesto a aceptar promesas.
Quien logre zafar de esa tentación y ofrezca respuestas serias y creíbles para atacar tamaño flagelo, ése debería ser quien obtenga los votos suficientes para ocupar un merecido cargo público. 

(Diario UNO, 21 de marzo de 2015)

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