En periodismo, un principio básico del impacto de una noticia en el perceptor lo constituye la cercanía. Es decir, dónde se produjo eso que estamos informando es clave para que quien lee, escucha o ve eso que pasó sienta una mayor o menor empatía con sus protagonistas. 
El grado de cercanía con respecto a un suceso es esencial a la hora de valorar el alcance de una noticia.
En el caso de los mendocinos, esto se produce con mayor nitidez cada vez que ocurre un hecho significativo del otro lado de la cordillera. 
Dado los vínculos históricos, comerciales y geográficos con Chile, la reacción de este lado de los Andes siempre es especial. 
Se constata sobre todo en esas situaciones trágicas que todos recordamos, como las del terremoto de 2010, el rescate de los 33 mineros durante el mismo año, el sismo de 8,2º que afectó hace unos días la zona de Iquique o, para ir a lo más cercano, el incendio en varios cerros de Valparaíso que se cobró 14 vidas, miles de casas y unos 10 mil evacuados.
Como en los padecimientos anteriores del pueblo chileno, se ha despertado en nuestra provincia un rápido reflejo de acciones solidarias para colaborar con los trasandinos.
Y en esto, además de una natural reacción por el dolor ajeno, pesa significativamente esa cercanía de la que hablábamos al principio.
Un atentado como el ocurrido ayer en Nigeria, donde 71 personas murieron producto de la explosión de una bomba en una estación de autobuses, no sensibiliza de igual manera, a pesar de que se hable de pérdida de vidas, de heridos graves y de familias que han quedado destruidas. 
La proximidad es aquello que nos lleva a confirmar que cuanto más cerca estamos del hecho, más nos afecta y por esa razón también más nos interesa.
El nuevo ciclo de la presidenta Michelle Bachelet, que se inició en marzo de este año, no podía haber tenido un comienzo más duro.  
Sin embargo, por tratarse de una nación que ya puede acreditar unas cuantas cicatrices en materia de tragedias naturales, la respuesta de la sociedad chilena ha reflejado una organización, tanto civil como gubernamental, que vale destacar. Y, por qué no, aprender.

(Diario UNO, abril de 2014)

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