Una tragegia vial de la magnitud de lo ocurrido el viernes pasado en San Martín debe, imperiosamente, dejar enseñanzas. 
No alcanza con la necesaria sanción a los policías que no actuaron con la seriedad y la rapidez que exigían las advertencias acerca del confuso estado del chofer brasileño.  
No basta con reconstruir paso a paso lo que llevó al desalmando conductor a transitar tantos kilómetros a contramano hasta chocar de frente contra un micro y dejar un luctuoso saldo de 17 víctimas fatales. 
No es suficiente desmentir la versión de que el chofer del camión no fue asaltado y confirmar que iba solo, camino al siniestro que ya se inscribe entre los más trágicos ocurridos en la provincia.
¿Por qué no basta? Porque, muertos más, muertos menos, este tipo de accidentes seguirán ocurriendo si no se plantea una política seria y rigurosa en material vial que no se limite a labrar multas y creer que manu militari habrá un cambio sustancial. 
Según los especialistas en la materia, la seguridad vial exige, entre otras tantas medidas, reformular el sistema de tránsito, mejorar la infraestructura (en general, las rutas y gran parte de las calles están en pésimo estado)y realizar más controles en la vía pública. 
Poner el acento en la prevención es hoy una prioridad. Los números son demasiado elocuentes como para no actuar en consecuencia. 
Por eso campañas como las de Vida & vuelta, impulsada por el gobierno provincial, son muy importantes para ir generando conciencia, sobre todo en los más jóvenes. 
No conducir si se ha tomado alcohol y designar a un responsable del volante son dos consignas que de naturalizarse colaborarían en gran medida para ir achicando las aciagas estadísticas. 
La educación formal también tiene mucho que aportar en este aspecto. En las aulas debe hablarse de estos temas y debatirlos. En aquellos casos en que se concretó a través de talleres hubo excelentes ideas y un entusiasmo que permite esperanzarse. 
Como dijo en el panel de Séptimo Día el experto en seguridad Carlos Trad, “hace falta una política de Estado, un acuerdo del Gobierno y los poderes, y que se sume la comunidad. Esto no está ocurriendo”. Es cierto, por eso ya va siendo hora de que ocurra. 

(Diario UNO, 11 de febrero de 2014)

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