Además de ser sinónimo de pan dulce, arbolito, aguinaldo, tarjetazo y aire acondicionado, fin de año también lo es -tal vez antes que todo lo demás- de balance. Esa línea invisible que traza una fecha, suerte de peaje para seguir el hipotético viaje, obliga (¿obliga?) a mirar hacia atrás para sentir, quizá, que la velocidad de estos tiempos tan facebook no nos hizo perder de vista lo que había de importante en la orilla del camino.
Tarea complicada ésta de confrontar el activo y el pasivo de 365 largos días, de los cuales en el mejor de los casos recordaremos un puñado. Nuestra memoria, que a veces tiene mucho que envidiarle a la del mentado elefante, suele activar una especie de instinto emocional que sólo nos hace ver la reconfortante mitad medio llena de la botella. Algo así como mentirnos en la balanza para poder seguir comiendo sin culpa.
Aun sabiendo que por estos días habrá tantos balances como personas pasándose “en limpio”, abro el fuego compartiendo el mío (en su versión periodística, claro).
Como esa supuesta película que pasa a una velocidad exasperante cuando se acerca la hora final, este subjetivo repaso no guarda orden ni lógica. En él, una sola palabra puede disparar el recuerdo y evitar sobreabundar con tediosas explicaciones o minuciosos datos que internet provee gratis en menos de lo que canta un gallo.
La memoria, entonces, aprieta el play y 2009 comienza a desandarse caprichosamente en un raconto que incluye a Sandro, Banfield, Michael Jackson, Gripe A, Negra Sosa, Maradona, Sudáfrica 2010, Spinetta & sus bandas eternas, 28 de junio, Messi Nº 1, Caso Bolognezi, Charly García, Cumbre del clima, Néstor K., Mike Amigorena & Los Pells, Mario Benedetti, Ley de Medios, Candela I, Estudiantes de La Plata, Herta Müller, dengue, Tiger Woods, Daddy Yankee, Mujica, El secreto de sus ojos, Passarella, Ardi, Obama de la Paz, Golpe en Honduras, Cotón Reveco, Ciclo Elefante, Capusotto, Avatar, Riquelme, minería sí-minería no, Vinagre & rosas, El Tomba, Evo Morales, Chile a la derecha, Arjona récord, Twitter, Félix Luna, Brasil olímpico, Pechito López y Cristina, siempre Cristina.
Hecho el arbitrario repaso, se impone el borrón y cuenta nueva para empezar una vez más el conteo regresivo y volver a comer como si se avecinara el fin del planeta, esperar a un enflaquecido Papá Noel y hacer números para las vacaciones. Pero, sobre todo, se abre la posibilidad de soñar que podemos tener el país que nos merecemos.

(Publicado en Diario Los Andes, 28 de diciembre de 2009)

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