Llame ya. Aunque por estos lares todavía ni siquiera palpamos en vivo y en directo un libro electrónico, ahora como si nada nos ofrecen los bidibooks. “Siente el libro en tu celular”, busca convencernos el canto de las sirenas tecno. Editados en seis idiomas, estos celulibros permiten al e-lector enlazar los contenidos del libro elegido con textos, imágenes y videos de Wikipedia, Flickr y YouTube. Más chico que el viejo y querido libro de bolsillo, a priori el “bidi” suena ideal para adeptos a la seductora comodidad de la tecnología. Cortos de vista, abstenerse.
El secreto de ABC.
No es la obra más emblemática de Adolfo Bioy Casares. Sin embargo el propio autor reconoció que “Dormir al sol” era su libro más querido, el que -de ser una casa- hubiera elegido para vivir. A pesar del drama familiar que supone que a Lucho Bordenave, relojero de barrio, le internen en un psiquiátrico a su mujer Diana y se la “devuelvan” siendo otra pero en el mismo cuerpo, en realidad estamos en presencia de una fina comedia negra en la que nada es lo que parece. Lo real y lo fantástico, como en casi todo ABC, se fusionan como las esquivas almas de Lucho y Diana. “Iba a decirle que yo no tenía secretos, pero de pronto me pareció que el secreto estaba en ella y me asusté”, admite el perplejo marido en una frase que resume el tono de esta novela que en breve llegará al cine bajo la dirección de Alejandro Chomski.
En jarra usada, los vinos nuevos. “Las Heras”, del mendocino Claudio Rosales, exuda minimalismo desde su tapa de árbol perdido en fondo blanco + título y autor en minúsculas a lo cummings. Como advierte el epígrafe de W. Burroughs, el poeta recorta la realidad para construir un relato autóctono a base de espasmos, hilachas, pelos y señales. Un paneo que absorbe y procesa. Una mirada que avisa: “Las musas están armadas/ son mellizas/ no recuerdan”. Esas turras son las que nos llevan a transitar el picante bulevar lasherino donde desfilan el rey del salero, los albañiles, la niña cuida autos, Mariano y los turistas, el pibe travesti, los polarizados polaras, Norma la de Avón. Rosales acierta en pintar esa Las Heras “donde retozan eléctricos vocablos” no desde el realismo de la sonora acequia sino con lengua de vate actual: dando cuenta de la fragmentación para así intuir el todo.
Gracias compartidas. No es cosa de todos los días que un dibujante se una a un músico para compartir un concierto donde uno toca sus canciones y el otro ¡dibuja en vivo! Ese exitoso experimento dio pie -y manos- a Kevin Johansen y Liniers para pergeñar “Oops!”, un libro-objeto donde el inconfundible humor de las canciones del ex Instrucción Cívica es “traducido” por la desquiciada pluma del creador de “Macanudo” (la tira que publica en La Nación). A manera de bonus track se pueden hojear entrevistas al inefable dúo. Editado por De La Flor, son 144 páginas para ver/leer al ritmo de un karaoke pasado de copas.

(Publicado en Diario Los Andes, 30 de agosto de 2009)

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