Tina Modotti, la italiana que revolucionó México, fue actriz en Hollywood, militante comunista, fotógrafa, enfermera en la guerra civil española, musa de poetas y pintores, y gran amiga de Frida Kahlo.

Amiga de Frida Kah
lo, musa de Rafael Alberti, pareja y discípula de Edgard Weston, modelo de Diego Rivera, Madonna quiso filmar su vida y Pablo Neruda le dedicó un poema en Residencia de la tierra. Quién otra sino Tina Modotti pudo despertar tantas y tan variadas pasiones en apenas 45 años.
Su itinerario básico puede resumirse así: Asunta Adelaida Luigia Modotti nació el 17 de agosto de 1896, en Udine, Italia, a los 17 emigró con su familia a Estados Unidos y a los 22 desembarcó en México, donde murió el 5 de enero de 1942.
En el país de las grandes oportunidades trabajó primero de operaria textil
y paralelamente conoció a artistas e intelectuales. En la década del ’20 se probó como actriz y participó en The tigers coat, Riding with death y I can explain. Luego, siguiendo a su novio, el pintor y escritor Robo Richey, llegó a México. Tras la muerte de su amor, decidió echar raíces allí.Con el antecedente de su tío, el fotógrafo Pietro, Tina buscó resumir en ese arte toda su búsqueda estética. Fue clave en ese norte Edgard Weston, un reconocido profesional de las fotos, para quien Tina había posado en numerosas oportunidades.
En un contexto de plena ebullición artística y política, la italiana conoció a Frida Kahlo y al escritor John Dos Passos, posó para Diego Rivera, retrató al poeta Maiakovsky y en 1927 se afilió al Partido Comunista. A la par, trabajó para el diario El Machete. Por esa época le presentaron a Augusto Sandino y se ofreció para ir a combatir a Nicaragua.
En 1928 conoció a quien fuera el amor de su vida: Julio Antonio Mella, un revolucionario cubano.
Un torbellino de ideas, acciones y pasiones, esa fue la Tina Modotti que sedujo por igual a hombres y mujeres, a anónimos y famosos.
A la par, su carrera fotográfica trasciende fronteras y sus trabajos son publicados en revistas de Estados Unidos y de varios países europeos. Sin embargo, en vida expuso una sola vez, ya que prefería dejar en segundo plano su faceta artística, priorizando su rol de militante. Pero no todas son flores para la incasable Tina. Tanta osadía tuvo su precio.
Una campaña en su contra, que la vinculó con atentados políticos (entre ellos un intento fallido de matar al presidente) y duras críticas por sus desnudos para Weston, culminaron con su polémica deportación. En lugar de volver a la Italia del Duce, se las ingenió y huyó a Alemania y luego a la Unión Soviética. Por las vueltas de la vida, terminó en España, donde en plena guerra civil colaboró como cocinera y enfermera, haciéndose llamar María. En 1939, volvió a México como asilada y casada con el dirigente marxista Vittorio Vidali.
Su final, al igual que el resto de su vida, tampoco llegó de manera convencional: murió de un ataque al corazón viajando en taxi. Inmediatamente, nacía su leyenda.

(Publicado en suplemento Señales, Diario UNO, 18 de mayo de 2008)

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