Desde hace años el gran guitarrista de la banda emblemática de los ’80, The Police, registra con igual pericia desde la trastienda de las giras hasta lo exótico del mundo asiático o el bajo fondo de las ciudades.

Hay artistas a los que su búsqueda estética los lleva a salirse de la quintita donde más se destacan para probarse en terrenos menos seguros pero igualmente excitantes. A la vista están los ejemplos de Fito Páez dirigiendo películas (la recién estrenada ¿De quién es el portaligas?), Madonna escribiendo libros infantiles, Iván Noble actuando en las películas de Raúl Perrone o el rolling stone Ron Wood pintando y exponiendo en las grandes ligas.
A este heterogéneo lote se suma el guitarrista de The Police, Andy Summers (65), cuya faceta de fotógrafo si bien quedó eclipsada por el éxito de la banda liderada por Sting pudo crecer paralelamente sin el vértigo ni la exposición que sí demanda el mundo de la música.

Pasión bajo cuerdas
Andrew James Somers (tal su verdadero nombre), inglés de Lancashire, fue desarrollando su pasión amateur por la fotografía paralelamente a sus proyectos musicales con Zoot Money’s Big Roll Band, Soft Machine, The New Animals hasta llegar a The Police, grupo emblemático de los ’80 que tras dos décadas de separación volvió este año a los escenarios y con quienes desembarcará en diciembre en la Argentina.
En su página web (www.andysummers.com), la fotografía del guitarrista ocupa un espacio muy significativo. Allí, la sucesión de clics –siempre en blanco y negro– está dividida en las categorías Beaux Arts, City Like This, Asia, Throb, y The Police.
Hasta el momento, su producción está documentada en los libros I’ll Be Watching You: Incide The Police (1980-1983), donde registra la trastienda de los tours de la megabanda; y Throb, en el que además de sondear en la vida en la ruta de los creadores de Roxanne incluye imágenes cotidianas pero no exentas de cierta poesía visual.
En ambas publicaciones no sólo resalta la capacidad técnica de Summers sino también su talento para captar como pocos el espíritu de lo que significó el fenómeno Police. Algunos críticos gustan definir este trabajo como un punto intermedio entre el periodismo gráfico y el diario ilustrado. Vale decir que el ojo capturó mucho más que la previsible trilogía de “sexo, droga y rock & roll”. Paisajes no previsibles, naturalezas muertas, objetos, desnudos no convencionales, instrumentos e insólitos lugares integran el álbum del siempre exquisito Andy.

Mirada va
Parte de sus obras integraron una muestra que giró por galerías de Nueva York, Tokio, París, Ámsterdam y Londres, posibilitando conocer a un Summers que primero los emocionó con la guitarra de Every Breath You Take y después los sorprendió con sus fotos.
Así, mientras sigue desarrollando una carrera solista dentro de la música instrumental contemporánea (editando una veintena de discos; varios de ellos bandas sonoras), con su cámara captura desde las comunidades rurales del sudeste asiático hasta escenas callejeras en los suburbios de las grandes capitales.
Summers, quien a esta altura de sus laureles musicales ya forma parte del Guitar Player Hall of Fame y del Rock & Roll Hall of Fame, no es el único del mundillo del rock que desarrolló la pasión por la fotografía; Patti Smith, Perry Farrel, Lou Reed y Lenny Kravitz también intentan captar ese impredecible instante de eternidad aunque no obtengan el aplauso instantáneo que siempre puede garantizar, por caso, una buena canción.

(En suplemento Señales, Diario UNO, 7 octubre de 2007)

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