El gran impostor. Mario Bellatin, rara avis con carnet, ha hecho de sí mismo una marca registrada. Nacido en México en 1960, creó la Escuela Dinámica de Escritores, ámbito de estimulación donde lo único que está prohibido es escribir. Por su generosa imaginación y una prolífica producción (“Salón de belleza”, “Canon perpetuo”, “Lecciones para una liebre muerta”, “Jacobo el mutante”, “El gran vidrio”, entre otros títulos) es muy común que lo parangonen con la caudalosa verba del argentino César Aira. “Shiki Nagaoka: una nariz de ficción” es uno de los libros donde mejor están sintetizados algunos de los artificios de los que suele valerse Bellatin: la verosimilitud (falsa biografía de un falso escritor), el uso de otras artes (fotos, dibujos, mapas), la fragmentación (citas y autocitas), la apelación a la iconografía oriental y la investigación de aspectos nimios que en un nuevo contexto “lucen” claves. Narrar la vida de un personaje a partir de su exuberante nariz es, apenas, una muestra de la desbordante poética del absurdo que cultiva este hombre que perdió un brazo y a su vez ganó un fantasma presente en toda su obra.
Los mejores amigos. Alejandro Magno, Freud, Perón, Picasso, Hitler, Neruda, Trotsky, Virginia Woolf, Rodolfo Valentino, Simón Bolívar y Frida Kahlo tenían en común algo más que su talla de personajes históricos: todos poseían mascotas y en muchos casos cultivaron con ellas una relación tanto o más profunda que con algunos humanos. María Rita Figueira se dedicó a investigar y profundizar ese particular lazo para dar forma a un libro insólito: “Los ladridos de la historia. Retratos de personajes célebres a través de sus perros” (Sudamericana). Anécdotas, realidad y ficción, se combinan cálidamente para revelar el aspecto más doméstico de la biografía de estas figuras públicas.
Poeta en Nueva York. Desde aquellos lejanísimos y agitados comienzos en The Velvet Underground hasta este calmo y reflexivo presente como solista cuasi shakespearano, Lou Reed no ha hecho más que consolidar su perfil de poeta del rock; el mismo que caminó por el lado salvaje y vivió para contarlo. “Atraviesa el fuego/Todas las canciones” reúne una sustanciosa cantidad de letras en inglés y castellano con su correspondiente álbum, desde aquel seminal “The Velvet Underground & Nico” de 1967 hasta el aggiornado “Ecstasy” del 2000. Un diseño sobrio pero jugado hace aún más tentador sumergirse en la (re)lectura de clásicos como “Perfect day”, “Satellite of love”, “Venus in furs”, “Sad song”, “Rock and roll Heart”, “Ladies pay”, “City lights”, “Faces and names”, “Romeo had Juliette”, “Power and glory” y una lista más larga que la Quinta Avenida. Considerado el juglar de Nueva York, el también dramaturgo y fotógrafo prefiere escaparle a toda etiqueta: “No soy nada. No me gusta clasificarme, encasillarme. Tengo suficiente con levantarme cada mañana y caminar”.
Ese cross. Franz Kafka a su compañero de estudios, Oskar Pollak: “Sólo deberíamos leer aquellos libros que corroen y hieren en lo vivo. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta de un puñetazo en la cabeza, ¿para qué lo leemos? Necesitamos los libros que nos afectan como un desastre, que nos duelan profundamente”.

(Publicado en Diario Los Andes, 18 de octubre de 2009)

El archivo