Sin dudas, Mauricio Macri vivió su semana más complicada desde que asumió la presidencia de la Nación.
La inició siendo parte de una noticia de impacto y alcance mundial, como los Panamá Papers, donde su nombre figuraba integrando una sociedad offshore en un paraíso fiscal, y la culminó imputado por el fiscal federal Federico Delgado.
El mandatario quedaba así en la mira de la Justicia en la misma semana en que habían sido detenidos, por otra causa, dos figuras emblemáticas de la gestión kirchnerista: el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime y el empresario Lázaro Báez. 
En cuestión de horas, confluían en el maremágnum informativo los protagonistas de “la ruta del dinero K” con los de “ruta de los negocios en paraísos fiscales”. 
Macri intentó salir de tamaño traspié argumentando que no hubo “omisión maliciosa” de su parte y anticipó que  pondría sus bienes en un fideicomiso ciego para que una firma privada los administren durante su mandato.
El caso Báez también agitó el avispero judicial como hacía mucho no ocurría en el país. Más que por lo que le compete en el presunto lavado de dinero, por lo que podría significar que involucre en sus negocios a la ex presidente Cristina Fernández, a su hijo Máximo y a otros peces gordos del gobierno anterior.
Detrás de los nombres y los hechos que involucran a Macri y a Báez surgen otras tantas personas que no son meros eslabones en las investigaciones que marcaron a fuego la semana informativa.
El listado de actores protagónicos y secundarios no deja de crecer a diario: Martín Báez, Franco Macri, Leonardo Fariña, Oyarbide, Casanello, Marcos Peña, Marijuan, Julieta Jaime, Ricardo Echegaray, Fabián Rossi... 
En este mismo espacio advertíamos el martes que, en relación a los Panamá Papers, estábamos recién ante la punta del ovillo. Así fue como cada día desde entonces se fueron sumando un famoso tras otro “flojito de papeles” en materia impositiva.  
En Mendoza, el panorama no fue más calmo. Lo prueban la complicada situación del detenido ex intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado, y de su par de Guaymallén, Luis Lobos, quien también camina por la cuerda floja.  
En resumen, la Justicia volvió a ocupar el centro de la escena tras demasiado tiempo como simple espectadora. 
Ojalá esté a la altura de lo que manda la ley y lo que demandan los ciudadanos.

(Diario UNO, 10 de abril de 2016)

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