Valiosos para algunos, obvios para otros, los balances siempre son una buena gimnasia para la memoria.

O le hacemos caso a Raúl González Tuñón, quien aconsejaba “Eche veinte centavos en la ranura/si quiere ver la vida color de rosa” o nos asomamos al inevitable balance del año con la pueril esperanza de encontrar el vaso por la mitad.
En cuanto se vislumbra el horizonte de diciembre, la palabra “balance”, esa que estuvo guardada como ropa vieja en algún rincón de la casa, se despereza, se sacude el polvo y se pone a la vista para que no nos olvidemos que está ahí, esperando que le llenemos el buche.
Siempre caprichosos, los balances son tantos como tantos sean quienes se tomen el trabajo de revisitar su vida, su trabajo, la realidad misma. ¿Sirven para algo? Sobre esto no hay dogma. Están quienes sostienen que son importantes, especialmente si el repaso se realiza en un medio de comunicación. Con ellos, un solo pantallazo basta para resumir el enorme caudal de información que día a día absorbemos a través del diario, la radio, la TV, internet. Más importante, sostienen otros, es el racconto personal. Sacar en limpio lo que pudimos concretar como aquello que quedó en el rubro “materias pendientes” y deberá pasar a integrar la lista de lo que haremos en el año que se viene.
Y están quienes consideran irrelevante realizar un debe y haber, ya sea propio o ajeno. Para ellos, la vida fluye como el río de Heráclito y no tiene demasiado sentido reparar en los detalles de ese periplo vital.
En la búsqueda de esos hechos que marcaron el 2011, a nivel global se impone la fuerte presencia de los “indignados”, esos manifestantes que en varios países plantaron bandera –en forma pacífica las más de las veces– para decir basta a la impunidad de ciertos gobiernos, al punto que algunos cayeron dejando atrás décadas de dictadura.
De hecho, la famosa revista Time eligió la figura del manifestante como “personalidad del año”, remarcando en especial la acción de los de Oriente Medio y el norte de Africa, pero también por los de Atenas, los de Madrid y los de Wall Street.
Ellos fueron quienes provocaron ese singular viento de cambio que, a pesar de su objetivo antibélico, terminó en más de un caso con muertos y heridos. Por esas víctimas es que uno siente
que los balances sí dicen algo y no suenan a mera estadística.
Pero también son personajes del año, lanzando nombres casi al azar, Quique Poblete, el guardaparque que salvó de morir ahogada a una nena de 9 años en un canal de Rivadavia, o Nidia Soto, quien a los 82 años sigue al frente del comedor comunitario Brazos Abiertos y está nominada para el premio solidario “abanderada del año”. O, yendo al rubro deportivo, Julio Falcioni, el mismo que al inicio del Apertura estaba con un pie adentro y otro afuera y terminó logrando el campeonato con Boca invicto e instalándolo nuevamente en los primeros planos. O Godoy Cruz, que a pesar de una campaña irregular clasificó para la Copa Libertadores confirmando que ya no es “Godoy, ese equipito del interior”.
En lo político el aplastante triunfo de Cristina en la Nación y el más modesto de Paco Pérez en Mendoza no hicieron más que seguir alimentando esa mística K que hoy dispara más pasiones que rechazos.
Ningún balance hará justicia al que cada lector tendrá en este momento en su cabeza; en todo caso, son arbitrarios nombres con resaltador a los que uno puede agregar los propios e ir completando un rompecabezas mayor. Lo importante, a la luz de nuestro pasado, es que el músculo de la memoria se mantenga en buena forma. Olvidar el olvido, como proponía el poeta Juan Gelman, es (o debería) ser una consigna de todos los argentinos.
Vista al frente nos espera un marketineado 2012, ese que para algunos trae bajo la manga el fin del mundo y para otros, entre ellos Alicia Contursi, “el inicio de una nueva era, más espiritual”.
En cualquier caso, volvemos al consejo de Tuñón: “No se inmute, amigo, la vida es dura,/con la filosofía poco se goza./ Eche veinte centavos en la ranura/ si quiere ver la vida color de rosa”.

(En Diario UNO, 19 de diciembre de 2011)

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