Imitación de Guatemala, de Rodrigo Rey Rosa.
Alfaguara. 363 pág.
Si a Borges le dolía una mujer en todo el
cuerpo, a Rodrigo Rey Rosa le duele todo su país. En Imitación de Guatemala reúne cuatro novelas breves –escritas entre
1995 y 2006– donde traza una impiadosa radiografía de su patria. Esa a la que
cuenta pendulando entre el amor y el odio, la cercanía y el exilio, la ficción
y la realidad.
Enmarcadas en los códigos del policial, pero
sin atenerse a sus clichés, Que me maten
si…, El cojo bueno, Piedras encantadas y
Caballeriza, son historias que revelan impiadosamente las cicatrices de una
Guatemala marcada a fuego por la violencia y las desigualdades sociales.
En los entresijos de esa realidad turbulenta,
la pluma contenida pero siempre precisa de RRR amplifica el eco de ese pulso
humano que ni las armas ni el desapego a la ley han podido apagar.
Para el autor de El cuchillo del mendigo, revisitar estos cuatro libros fue “tan natural
como necesario”, según reconoce en el prólogo. Por eso en Imitación de Guatemala hay una indisimulada sensación de ajuste de
cuentas entre el que relata y un país que aún con todos sus lastres no deja de
ser su incómodo lugar en el mundo.
Ficción política, novela negra, experimento
cinematográfico, son laxas etiquetas para definir estas nouvelles donde no faltan matanzas de indígenas, secuestros,
tráfico de niños, mafias familiares y hasta soterradas historias de amor.
Quien fuera traductor y amigo personal de
Paul Bowles, ha ido construyendo al cabo de los años una obra narrativa que envuelve y seduce de a
poco. Y con igual paso seguro, RRR va cosechando el reconocimiento
internacional que merece.
(Suplemento Escenario, Diario UNO, setiembre de 2014)