Que la ortografía, la buena, le interesa a muy pocos es un hecho tan obvio como la existencia de la gripe A, aunque no presente "síntomas" ni se cobre vidas. He ahí el malentendido. Como nadie se "muere" por un acento más, un acento menos, o una hache ausente (total es muda) la despreocupación se extiende peor que el otro virus y frente a esto no hay antídoto que mengüe su arrasador avance. Las palabras son un puente que, mal construido, no permite llegar a destino; es decir, entendernos como corresponde.
Si bien por estos días tal desarreglo lingüístico se manifiesta con mayor énfasis en blogs y mensajes de texto, nobleza obliga: ni diarios, noticieros de tevé ni carteles publicitarios se salvan de este singular flagelo.
Esto no hace más que delatar -una vez más- la evidente falta de lectura, la endeble formación escolar o, simplemente y peor, la desidia.
Interpelando a quien comete este tipo de faltas, la respuesta rápida y contundente suele ser: "No importa, si total se entiende". Pues bien, entonces volvamos a la etapa púber cuando para hacernos entender alcanzaba con gestos, sonidos o el elocuente llanto. Sin dudas, escribir "hoy" sin hache no cambiará el día pero vale preguntarse si es necesaria la anarquía ortográfica.
Para revertir la tendencia, o al menos reducir su impacto, el corrector Pablo Zulaica Parra, creador del sitio Acentos Perdidos, salió a las calles de México a corregir aquellos carteles que no hacen más que reproducir burradas.
Esta "intervención" (que consistió en reemplazar el acento faltante pegando un papel de mayor tamaño) tuvo un fuerte impacto porque no hubo transeúnte que no se percatara de esas tildes sustitutas colocadas sobre "vehiculo" (foto), "energia" o "comite".
El impulsor de esta justiciera cruzada definió a Acentos Perdidos como un "Programa de reinserción de acentos en la vía pública".
En su caso, el ida y vuelta con los lectores del blog acentosperdidos.blogspot.com consiste en instarlos a que se sumen a su causa y coloquen las tildes allí donde detecten que faltan.
Como eco positivo, gracias al efecto derrame que facilita Internet, este "talibán de la ortografía" que reconoce a la Real Academia Española como su Biblia rectora, va sumando día a día seguidores de varios países.
Similar quijotada fue la que impulsó el blog escribesinfaltas.blogspot.com que hace unos años lanzó la campaña "Eres lo que escribes. Eres como escribes" y también cosechó una notable repercusión en la gran red.
Si bien aún falta mucho para que estos ejemplos cundan y echen raíces, al menos sirven para llamar la atención: nos advierten que una sociedad que no respeta las reglas de su propio idioma difícilmente respete las demás.

(Publicado en Diario Los Andes, 20 de julio de 2009)